Don Miguel el Cristalero, gran contramaestre de los favores hace muchos años, es de distancias cortas. Tanto es así, que apenas recorre los 50 metros que separa su hogar del campo del principe, para paladear una rives con pepsi-cola, aunque ahora dice que la que más le gusta es la "glinfiter...la der tío del bastón". Grandes momentos sin duda los vividos con esta gran persona del Barrio, y grandes también las noches de cante, de tertulia, de familia y de cofradías en ese bar "amigo" que era la Trabajadera o Er triky, como ustedes prefieran. Dedicado a mi Compadre.
Grandioso el retrato. Una maravilla
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